En la sociedad 2.0 todos vivimos entre las redes sociales. Facebook, Twitter, Instagram son los ejemplos más famosos. Estando ya en el 2013 es claro que éstas forman parte de nuestra vida cotidiana. Para muchos ya es una necesidad acceder a éstas diariamente y se convierten en una adicción. El problema es que las redes sociales se han interiorizado tanto en nosotros que ya no somos capaces de dejarlas ni de gastar al menos unos minutos al día en Facebook, Twitter o cualquier otra.
A inicios de febrero tomé una decisión, dejar por un tiempo las redes sociales. No entraría ni a Facebook ni a Twitter (las dos que más uso) durante un lapso de tiempo indeterminado. En ese momento no sabía qué consecuencias podrían acarrear mi desaparición virtual. Luego de dos semanas volví a acceder tanto a Facebook como a Twitter. En la primera de éstas, fue donde pude observar más mi ausencia temporal; unas solicitudes de amistad pendientes por aceptar, varias notificaciones diversas y algunos inbox sin contestar. Bueno pues, aquí parecía que las dos semanas fueran varios meses.
Las conclusiones que pude obtener de este experimento fueron muy interesantes. En primer lugar, muchos de los inbox eran para invitarme a reuniones, fiestas o reencuentros; lo curioso es que éste fue el único medio de aviso, es decir, que todos daban por hecho que yo (o cualquiera en realidad) entra con mucha frecuencia.
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Si yo no respondía (porque no lo había visto) podía tomarse como una falta de respeto o quizás como algo más pero no sé qué pensarían los que me escribieron. En una ocasión, me mandaron una invitación por Facebook para celebrar el cumpleaños de un amigo en una disco. Yo, por supuesto, ni enterado. Finalmente no fui y, a pesar de que ésta fue cancelada a última hora, solo hubo una persona que me avisó y preguntó si iría y sin hacer nada extraordinario me consulta por otro medio: el CELULAR.
Si bien no hubieron consecuencias graves en el tiempo que estuve sin redes sociales, sí muestra una clara dependencia de éstas ya que puedes estar completamente aislado de la sociedad y perderte de mucho tan solo por no acceder a Facebook. Hace poco, leí acerca de un estudio muy interesante y revelador : 61% de usuarios se tomó un receso voluntario en Facebook. En el caso que hubiera decidido eliminar definitivamente mi perfil sin duda hubiera estado muy separado de todos los demás. Por poner un caso, un 95% de los saludos de cumpleaños a las personas que tienen una cuenta de Facebook son a su muro. Ya casi nadie te saluda por teléfono o por correo. Es cierto que tiene sus ventajas (te saluda quien no lo haría por otro medio, más saludos que antes) aunque también se cae en el facilismo y a pesar de tener la posibilidad de llamarte solo te envía un mensaje al muro (lo cual impacto sobretodo en amigos cercanos).
Lo importante de todo esto es saber que las redes sociales forman parte de nuestro estilo de vida, es bueno saber equilibrar su uso y no caer en extremos (ni dejar de usarlas ni estar a cada minuto revisando actualizaciones). Como dicen, es bueno estar en las redes sociales para saber qué dicen de nosotros, para mantener nuestra marca personal y ser parte de la mayor forma de comunicación de esta época.