La globalización es sinónimo de apertura al mundo, que cada vez haya menos fronteras entre los países y sea más sencilla la interacción, comunicación y comercio entre todos. De arranque creo que tiene múltiples ventajas pero, ¿siempre es buena? En efecto, como todo, tiene cosas negativas que nos pueden hacer pensar que se debe colocar un límite.
En el ámbito económico, los TLC han abierto los mercados, logrando que muchos de los impuestos sean eliminados, bajando el precio de los productos. También facilita mucho el comercio porque justamente elimina barreras que favorecen a los empresarios. Ahora, también es cierto que las empresas más grandes (y con más poder adquisitivo) son beneficiadas por la mayor facilidad para entrar a nuevos mercados; sin embargo, los más perjudicados son los pequeños empresarios. Estamos convencidos que la competencia siempre es buena y creo que incentiva a que las empresas mejoren y se esfuercen por dar un mejor producto. Quizás las microempresas no puedan competir con las multinacionales que ofrecen productos baratos (gracias a las economías de escala) pero hay que buscar la forma de diferenciarse y ser competitivos porque esa es la idea, que nos hagan mejorar, reinventarnos, así todos salgamos favorecidos.
Otro campo que también es afectado por la globalización es el de las telecomunicaciones. Cada vez más interconectados, llamar a otra persona de Perú a China, es tan fácil como si fuéramos vecinos. Aquí no hay ninguna objeción (creo), todo ha mejorado es cuestión de unos años y sin duda seguirá siendo. Pienso que estar más cerca del mundo tiene múltiples ventajas y será la oportunidad de que países tan pequeños como Paraguay o Ecuador sean escuchado en la lejana Japón o en el más reconocido bar madrileño.
El mundo cada vez más cerca y al alcance de todos.
1 comentario:
Diego, creo que a la larga son muchas mas las ventajas que trae.
Un abrazo!
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