Te vas a casar. Estas en uno de los momentos más felices de tu vida y llega el momento de decidir a quién invitar. Antes de esto, te organizan tu despedida de soltera y la haces en la casa de tu tía. Días después, cuelgas las fotos en Facebook y una amiga, a quien, no invitaste te recrimina no haberlo hecho. Lo cierto es que como en toda relación han tenido buenos y malos momentos y por eso no le dijiste para ir. Menuda escándalo se armó. De cara al matrimonio, la vas a invitar pero otra amiga te dice: "o va ella o voy yo". ¿Qué harías?
La historia es real, no es sacada de "La Rosa de Guadalupe" ni mucho menos de un programa de Laura Bozzo. Es una pequeña demostración de lo complejas que son las personas. Estoy seguro que cada uno de ustedes habría reaccionado de una manera distinta ante esta situación. No es fácil lidiar con las personas ni llevar la fiesta en paz. Sin embargo, como en este caso, hay veces que existe cierto "compromiso" social y la necesidad de hacer algo por las personas solo por el hecho de ser "cercanas" más que por querer hacer. Por ejemplo, por qué tendríamos que llevar recuerdos a todos en nuestro trabajo después de un viaje o invitarlos a un evento nuestro si no estamos totalmente a gusto con ellos. Simplemente a veces parece que la sociedad nos arrastra más hacia lo que supuestamente debemos hacer que a lo que quisiéramos hacer.
Como ejemplo de compromiso social les comento un caso que sucedió en mi trabajo. Se armó un comité de integración para organizar las actividades del área; para esto, cada uno debía dar una cuota la cual variaba según el nivel del puesto (desde 5 soles practicantes hasta 60 soles el gerente). La idea me parecía buena pero no todos estaban de acuerdo. Algunos no querían dar la cuota, otros no querían participar de las dinámicas semanales de integración. Si bien era "opcional", la idea era "integrarnos"entonces prácticamente te decían tienes que participar, es lo mejor. En un grupo no todos van a estar de acuerdo, menos aún si las edades son muy diversas por lo que hallar la fórmula ideal no era tarea sencilla. Sin embargo, muchas veces había personas disconformes que se sentían presionadas por hacer algo que no quieren.
Si específicamente vamos a un caso típico de un grupo de amigos tenemos lo que se llama "peer pressure" o presión de grupo. Este tipo de "compromiso social" se da generalmente en los adolescentes aunque también en personas adultas. Lo más común es que siendo jóvenes esto suceda cuando al querer pertenecer a un grupo te presionan para hacer cosas que normalmente no harías, por ejemplo beber alcohol, tomar drogas u otros actos que no harías de forma individual. De adultos, esto se puede evidenciar cuando un miembro de un partido político debe aceptar lo que la mayoría opina, ya sea defender a un compañero corrupto o cómo actuar frente a determinada situación. Sin embargo, la presión de grupo también puede servir positivamente, por ejemplo, en las llamadas intervenciones. En éstas, un grupo de amigos o familiares se juntan para tratar algún aspecto negativo de un ser querido, como el alcoholismo, drogadicción, etc.
Así podemos notar que las relaciones sociales son extremadamente complejas y cualquier acción nuestra puede agradar o no a alguien. Finalmente, pienso que debemos ser abiertos a las opiniones de los demás, que no todos pensamos igual y sin duda tendremos diferencias, las cuales debemos conversar y así tratar de llegar a la mejor solución, eso sí, sin perder nuestras convicciones e incomodarnos.
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